Anoche pasé una noche horrible. La ausencia de mi dosis diaria de THC -que voluntariamente he decidido trasladar de la soledad cotidiana al encuentro social los días no laborales- me ha jugado una mala pasada. Quienes compartan adicciones sabrán del tormento de la carencia, ya sea del amor como del alcohol. Sentimientos y sustancias comparten una acción común: la activación de conexiones neuronales que se nos vuelven imprescindibles una vez experimentadas, hasta devenir en infiernos ante la saturación o la ausencia.
Esta mañana he comprado El Público antes de coger el tren a la city, y mi cara desencajada de sueño y pesadillas se torció en muecas de asco: la clase política dirigente catalana no ha parado de vaciar las arcas del Estado para su propio beneficio construyendo parkings y destrozando nuestro ya violentado entorno urbano. Los políticos obtienen descomunales ganancias (MILLONES DE EUROS) gracias a nuestro esfuerzo y a costa de nuestro sudor. Y la gente, "la ciudadania", como les gusta nombrarnos, no hacemos más que seguir sufriendo para pagar el alquiler (quienes tenemos la suerte de tener una casa que pagar y no tenemos que dormir en la calle) y vamos corriendo de un lado al otro como autómatas sin cerebro.
Asqueada, dejé el periódico sobre mis rodillas y miré a mi alrededor. "Nadie hace nada, todo el mundo sigue con su vida mezquina y absurda". Y la contractura del hombro derecho me dolió más que ayer, más que antesdeayer, y casi aullo de dolor. "Qué vida de mierda", pensé, "este andar de ovejas es asqueroso", pensé, y continué siguiendo el rebaño hasta mi reunión de trabajo.
Volví a casa agotada y desquiciada. Cuando fui a coger el coche a la estación, no arrancaba. El pobre trasto está destrozado. Me tiré por el barranco, acostumbrada a vivir en el mundo del "no-funciona", y llegué con mis huesos doloridos hasta mi patio soleado. Me prometí no encender el ordenador, tumbarme a tomar el sol "y que se jodan"...Pero, como siempre, tenía cosas urgentes que resolver. Así que le di al power, hice unas llamadas, envié unos mails y, cuando abrí una de mis múltiples cuentas, me encontré con un correo que cambiará mi forma de vida de manera radical.
Me zambullí en el activismo político a los 15 años, y nunca lo abandoné. Se me hizo una adicción incurable. Comencé a elucubrar estrategias de resistencia a partir de los 18 años, junto con el descubrimiento de Foucault. Sumé mi aullido a la rabia feminista desde que nací, pero me especialicé en los detalles del sexismo cuando conocí las experiencias de coeducación catalanas. Estallé de gozo con Haraway y transformé mi coño en una fuente radioactiva de la mano de Beto Preciado y la post_pornografía, hace ya unos 10 años. ¿Por qué os aturdo con el recuerdo de mis batallitas? Porque gracias a mis grandes descubrimientos y conquistas, perdí mis parejas, el cariño de mi madre, la casa que me construí con mis propias manos, muchos buenos puestos de trabajo y no quiero ni contar cuántas amistades. A mis 40 años, con mis cuatro títulos universitarios perdidos en mi desordenada estantería y mis 20 años de experiencia docente, todavía seguía pidiendo dinero para pagar el alquiler, mi coche se cae a pedazos, no puedo comprarme calcetines porque primero se los tengo que comprar a mi hijo y tengo que pelearme con las madres para que me pagan las clases de inglés a término.
Pero hoy ocurrió el milagro que yo sabía que tenía que ocurrir, tal y como me repitió la Itzi tantas y tantas veces. Hoy alguien ha reconocido mi esfuerzo, mi experiencia, mi tozudez política, mi anarquismo y mi femenismo radicales, mi lucha contra la normalidad y las instituciones. Esta semana, personas a las que admiro por su trabajo académico y su compromiso político, me han dado el regalo que esperaba silenciosamente mientras contaba céntimos y me retorcía con cálculos imposibles. No me lo puedo creer: me han dado un trabajo que no sólo me gusta y me permite pagar el alquiler, sino que me permitirá batallar desde un frente con recursos, con dignidad y rodeada de mujeres valiosas y valientes. Estoy tan emocionada que me han dejado muda: eso sí que es un milagro!!!!!
(Pero afortunadamente, existen los teclados...jejeje)
Así que me dirigo a todos esos seres machistas, desgraciados, corruptos, ladrones, heteronormativos, abusadores, violadores, antiabortistas, y toda esa gentuza: que sepáis que ahora os seguiré jodiendo pero desde el tú a tú, y ¿quién se atreve a desafiar el poder de una loca que ya lo perdió todo, menos la rabia contra vuestra forma de ejercer el poder?