lunes, 24 de agosto de 2009

Diáspora y encuentro


Muchas veces he tenido que reconocer, no sin tristeza, que mis vivencias se debaten entre ser tatuaje, anécdota u olvido, inclusive dentro de mi manada. Entonces he adivinado en miradas y silencios nuestra suerte común: nadie sabe nada de nadie excepto el momento de presente compartido.
Este exilio de sí, este viaje errático que nos separa de nuestras propias existencias, acentúa la soledad cuando quienes compartimos viaje somos colegas de diáspora, seres con exilios superpuestos,exilios que acaban siendo como las rocas sedimentarias que, estrato más estrato, van cubriendo la superficie de la Tierra.

3 comentarios:

Elsie Ralston dijo...

Y sin embargo a lo lejos yo tengo la certeza de que puede ser distinto. Será que me empecino por hacer memorables cosas que creo olvidaré eventualmente.
Pero bueno, a lo que iba. A ti te tengo presente linda.
Beso,
E.

HelenLaFloresta dijo...

gracias linda! yo a ti tambien... sí que hay cosas memorables, pero muchas veces no las podemos compartir porque es imposible explicar un olor, un sabor, una mirada... sobre todo si la otra persona nunca los ha experimentado...
besazos!
helen

HelenLaFloresta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.