lunes, 28 de septiembre de 2009

Si no lo cuento, reviento



Una va tan tranquila por la vida, super guay, de puta madre, rebien, casi cool, hasta que un día se muda a una nueva casa. Entonces, de repente y sin aviso, tiene que repetirse cada escasos cinco minutos aquella frase de Paul Auster, que decía algo así como "nunca des nada por sentado, de repente el golpe viene desde donde menos te lo esperas".

Así pues de pronto me veo convertida en el personaje que tan divinamente encarnaba Carmen Maura en La Comunidad, la película de Álex de la Iglesia. Y es que mi vecina me acaba de llamar por teléfono (canal a través del cual hemos acordado comunicarnos, ya que los golpes estilo gorila tendían a desequilibrar mis ya destartaladas conexiones neurales) para informarme, en un estilo muy políticamente correcto, que "escuchamos no sólo la música" (a un nivel casi inaudible para mis castigados tímpanos), "son los pasos" (voy descalza y peso 51 kilos), "y hasta tus gritos cuando tienes relaciones sexuales!"

Ante esta situación, le he sugerido tres soluciones:

1. Establecer horarios de "ruido" (es decir, música, sexo, risas; es decir, vida) y "silencio" (no sé porqué últimamente siento olor a muerto en la casa...)

2. Transformo mi vida en la de ella y su pareja: no escucho música ni pelis ni cojo (el vecino es uruguayo, así que creo que entendió la indirecta)

3. Que ella también folle y, si le parece, grite al mismo tiempo así no oye mis "ruidos"

Ninguna solución le pareció conveniente. ¡Qué dilema! ¿Qué puedo hacer? Estoy a punto de decantarme por una cuarta opción, divinamente inspirada por la genial Carmen Maura. Tengo un cuchillo de cocina un poco desafilado, pero esto tiene arreglo...

Lo que no me quedó claro es si esta buena mujer tenía la intención de convencerme para que dejara de follar con el fin de "mantener una buena convivencia".¡Qué ilusa! ¡Si supiera como me pondría a gritar si no pudiera "mantener" esas relaciones sexuales!

5 comentarios:

anonimo dijo...

Que fuerte la vecina, la gente se cree en el derecho de controlar los ruidos de los demás simplesmente porque son una familia normal. Me acuerdo que en el cole nos enseñaban que la familia es nucleo de la sociedad. Las que pasamos de tener familias mononucleares estamos condenadas a la marginalidad vayas a donde vayas a vivir. Lo mismo pasa con los carritos de bébé que parecen tanques de guerra por la ciudad.
Tambien es curioso que LA MAYORIA DE familias mononucleares (son la bomba) se quejan de los sonidos del sexo y de la musica, especialemente un ciero tipo de musica. Nunca nadie se molesta o viene a tocarte a la puerta y las pelotas cuando se trata de 5 machotes y sus txonis gritando en un partido de futbol teletransmitido a toda a la hostia, tampoco nadie se atreve siquiera a llamar los guardianes del civismo y de las "buenas convivencias" cuando una pareja está discutiendo con hostias incluídas.

HelenLaFloresta dijo...

completamente de acuerdo... anoche pensé que, si tuviera un machote pegándome hostias, seguro que no llamaban ni a la puerta ni a la policía; y que, si en lugar de escuchar música, mirara la tele, tampoco se quejarían...

afortunadamente, esta gentuza tan normal se muda mañana, y en su lugar, la administradora está de acuerdo conmigo en poner gente tan normal como yo. igual hasta nos animamos con una orgía...

anonimo dijo...

ala que guay!! eso si que son buenas noticias, como dizen en mi pueblo "mejor un mal año ( en nuestros caso ano jejeje) que un mal vecino". FOLLA Y GRITA, BAYLA Y SALTA que asi espantas los muertos y se sacuden y se echan las malas vibras.
La paranormal

Lubna Horizontal dijo...

Nena, la única solución posible es que te la folles.

Si no te pone, haz el esfuerzo, al menos quedará muda durante unos meses, jajajaja.

Besos,
Diana

HelenLaFloresta dijo...

tengo que reconocer que no me importaría, pero seguro que las que vienen estas más buenas... iuju!!!!