viernes, 4 de febrero de 2011


Vivir como en un aeropuerto. Espera. Aire de circuito cerrado. Conversaciones suspendidas. Como en una estación espacial después del fin del mundo. Sólo algunos humanos con una vida portátil de 40x40x25. Una cápsula donde no pasa nada más que un ir y venir de esperanzas, obligaciones y bostezos. Conexiones que son un paréntesis en el que se suspende aquello antes conocido como vida.

3 comentarios:

v V¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨ polarporn dijo...

si, últimamente pienso mucho en eso... en lo que nos convierte esta borágine internauta. porque ya no es algo anecdótico, la gente está cambiando su lugar de residencia: dejan lo real definitivamente para vivir en lo simbólico.
me da repelús.

HelenLaFloresta dijo...

ya, nos vamos transformando en avatares de nuestro propio yo... así nos es fácil merodear por el ciberespacio, pero en la calle, en casa, en la cama, nos encontramos con nuestros cuerpos y emociones y nos damos asco o miedo...

Pat dijo...

ay, nena! como te contesto en mi blog, leí esto en pleno ataque tras dos horas de espera en un aeropuerto. justo en un aeropuerto. y lo único que acertaba a balbucear (que no a escribir) era: "la vida no puede ser eso, la vida no puede ser eso..."
nos vemos pronto, linda, y le ponemos cuerpo, emociones, y demás fluideces a nuestros avatares ;-)
un beso!