jueves, 6 de octubre de 2011

la leche del café estaba mala

No hay nada más absurdo que la cordura, que pretende hacernos creer que hay una manera sana, ordenada y coherente de actuar. Sobre todo teniendo en cuenta que quienes definen sanidad, orden y coherencia son una cohorte de funcionarios de la locura y el desorden, es decir, magistrados, leguleyos, matasanos, loqueros, agentes del orden, personas autodenominadas normales, individuos e instituciones que viven gracias a lo que definen como enfermedad y perturbación. Aunque esta contradicción no impide cometer a esta cohorte una ridiculez más terrible aún: actuar según el absurdo de que las cosas son así porque así nos las han contado, porque están escritas y/o porque así lo dicta el protocolo.

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