viernes, 13 de febrero de 2009

yuju!!!!!!!!!!!!





neeeeeeeeeeeenas!!! Lo he conseguido! he superado otro temporal con la elegancia y la soltura propias de la supervivencia... El árbol que coronaba mi tejado ha sido suplantado por un agujero inofensivo, mis máquinas mágicas tienen todas sus luces encendidas y la comunión del siglo XXI me permite una vez más entrar en contacto con el mundo. Y lo mejor: todo sin pagar un duro. Endesa, Telefónica, el Ajuntament de Sant Cugat y la compañia de seguros nos necesitan, pero está claro que esta necesidad no es mútua. Mientras mis vecinos siguen lidiando con estos cíclopes temerarios, yo he conseguido gracias a mis amigas y un gran tesón todo lo necesario para seguir viviendo dentro de las comodidades por las que nos llenamos la espalda
de contracturas.

Estos días he revivido la quietud de un espacio sin sonidos electrónicos. Lejos de la ciudad, sin tele ni Internet, hice saltar las teclas de mi pequeño y escachambrado portátil con palabras soeces y abiertas. Buceé en el océano del recuerdo y volví con pequeños collares de perlas olvidados en los sucios fondos marinos. Nada como un temporal para decidir cortarte el pelo... Te limpias, consigues comentarios ajenos y una nueva cara te saluda en el espejo.

El sacudón me hizo pensar en el sexo y el exilio de una manera renovada. No hay cambio sin riesgo, no hay riesgo sin valentía, ni valentía sin honestidad. Hace años que transito por distintos caminos del drama de la identidad intentando desmontarlo desde distintos lugares: la academia, el activismo, la noche, la comunidad. Ahora me he replegado en la escritura de auténticos recuerdos inventados (¿qué otra cosa es la memoria?) en un afán de reconstitución, para reinventarme una vez más y poder así seguir dando la vara.

Leí el otro día que el adorado Mario Benedetti tenia con su hermano Raúl una contraseña para usar en caso de exilio urgente: "Me compré un traje". Cambiar de traje es una necesidad que puede provocar tanta ilusión como tristeza... como la vida misma.

Lo dicho: me voy a seguir gastando teclas y os dejo disfrutando de nuestro admirado Homer (¿hay alguna artista que se ofrezca a hacerme lo propio en el pornolab? Mis dos litros de cerveza diarios y mi coño se lo merecen!)
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2 comentarios:

anonimo dijo...

¿Ya te lo he dicho que te queda muy bien tu nuevo peinado? jajajaja
peton
alf

pynkpunk dijo...

welcome back zorri!
homersexuales al poder!
uhmmmm, cerveza.....
lolite